Defendí y seguiré defendiendo la Revolución
Para la esposa, hijas y nietos de René Figueredo Pérez, quien nació el 3 de septiembre de 1933, natural del municipio de Amancio, antes Central Francisco Sugar Company, este hombre de mediana estatura, pero gigante por su valentía y apego a la Revolución, ha constituido siempre un ejemplo a seguir en la formación de sus descendientes.
Según nos cuenta René, nació de una familia humilde y fue educado bajo los mismos principios que hoy les trasmite a quienes le rodean.
Este amanciero de pura sepa, desde muy joven se incorporó a la vida laboral, trabajando en sus inicios en la farmacia de El Batey, donde comenzó a contribuir a la transformación de la sociedad en que vivíamos los cubanos en aquel entonces, que por cierto no beneficiaba en nada a los más pobres, la clase a la cual pertenecía.
Múltiples fueron las tareas que cumplió, como fue la de poner bien en alto la insignia del Movimiento 26 de julio, burlando así la vigilancia de los lamebotas del dictador Batista y a pesar de su juventud, nunca vaciló en llevar adelante las acciones encomendadas por sus superiores, incorporándose a la lucha secreta junto a un grupo de amigos que tenían sus mismos ideales y que también ayudaron a que hoy Cuba sea libre.
Este 16 de abril cuando los cubanos celebramos el aniversario 49 de haberse declarado el carácter socialista de la Revolución, fue el momento escogido y yo diría que el más apropiado para que René Figueredo Pérez, mi valiente y siempre admirado padre, recibiera la medalla que lo acredita como Combatiente de la Lucha Clandestina, la cual fue depositada en su pecho, el mismo que siempre expuso en cada encomienda que le asignaba la cedula política a la que pertenecía en aquel entonces.
Para este amanciero, recibir esta condecoración en un día tan importante para los cubanos, es motivo de alegría y satisfacción por el deber cumplido, al saber que la sangre derramada por sus compañeros no fue en vano y que la generación que lo sigue se muestra dispuesta a continuar defendiendo las conquistas de una Revolución hecha por los humildes y para los humildes.
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